jueves, 21 de febrero de 2019

Turismo negro atrae turistas a Nicaragua según estudio de impacto de desarrollo de turismo




por. Julio Maltez
Managua, 21 de feb (PEA).-La cámara nacional de turismo de Nicaragua fundada desde 1076 para apoyar a las micro medinas y pequeñas empres de dedicada a brindar el servicio de los diversos maneras del sector turístico en el país, destacaron en un estudios realizado por la Universidad Americana y (CANATUR), sobre el aporte de las turoperadoras dijo la presidenta de la cámara Lucy Valenti.
En  un estudio realizado por la universidad Americana y  la cámara de turismo destacaron que de 1.5 millones de turistas que llegaron a Nicaragua durante el año 2018, siendo las turoperadoras las que mayor atienden al turistas en la cadena de valores, como es el taxi, el hotel, los restaurantes estos turistas gastan en Nicaragua 140 dólares por día, y el turista nacional genera 40 dólares por día, el estudio señala que los turista están dispuestas a gastar más las tur operadoras aportan al país el 4.1 por  ciento según el estudios estas ofrecen los diversas modalidades de turismo sea aventura, playa, cultural, hace falta trabajara por mejorara la cadena de valores hace falta trabajar de la mano por que hay turistas interesados en el turismo negro que trata los tema paranormales, cuentos, leyendas, hay turistas que están interesado en este campo del turismo.
El turismo negro, se basa en las visitas a lugares con historias de muertes violentas, crímenes, desastres naturales, que llaman la atención de turistas de mediana a mayor edad.
De acuerdo con la turoperadora, el concepto de “turismo negro” no es conocido en el país, pero se hace cotidianamente.
La turoperadora Tierra Tours lo incluye en sus servicios: en las ruinas de León Viejo, en cárceles donde se aplicaban torturas como la famosa prisión “La 21”, en León, que hoy es el Museo de Mitos y Leyenda; o la Fortaleza de El Coyotepe, en Masaya.
La encuesta denominada “Impacto de las Tour Operadoras en el Desarrollo del Turismo de Nicaragua”, que fue expuesta recientemente por la Universidad Americana (UAM) junto a la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur), dio a conocer que el 41% de  la calidad en la cadena de valores, La encuesta denominada “Impacto de las Tour Operadoras en el Desarrollo del Turismo de Nicaragua”, que fue expuesta recientemente por la Universidad Americana (UAM) junto a la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur), dio a conocer que el 41% de las turoperadoras se conocen como:
40% en turismo cultural; 40% en turismo de aventura; y que entre los segmentos novedosos surge el “turismo negro” el cual se vende a turistas centroamericanos y nacionales, y a como se mencionaba anteriormente éste consiste en visitar lugares que contengan historias paranormales o que estén vinculadas a historias fantasmales.

sábado, 9 de febrero de 2019

Nicaragua en la historia moderna


El Gancho de caminos ya famoso. La historia moderna de Nicaragua registra que para finales de la década de los años de 1960, la ciudad de Managua  -capital de la República- era relativamente pequeña, una extensión reducida. Se caracterizaba por los rasgos de la provincia, o villa, y el surgimiento de la ciudad moderna para la época. Tenía unas calles angostas, asfaltadas, con un sistema de alcantarillado simple. En el centro de la ciudad se había instalado un sistema para el cobro por el uso de parqueo. Era un trozo de tubo galvanizado fijado en el piso. Y un reloj en la parte superior que operaba sobre la base de monedas por tiempo. Unos inspectores verificaban por las calles que el tiempo marcado en el reloj y la cantidad de dinero depositada por el usuario se correspondía. Caso contrario, se aplicaba una multa. La esquela que registraba el monto de la sanción era colocada en el vidrio frontal del vehículo, y prensado con el parabrisas.
El centro de ésta ofrecía un orden relativo entre las calles y las avenidas. Esto último facilitaba el orden para el parque vehicular de la época. Había orden para las calles, pero en cambio se obviaron las normas para la construcción y el sismo del 23 de diciembre de 1972 derivó en el colapso de la ciudad capital. Para brindar información sobre una dirección funcionaba el concepto de calle y avenida. Sin embargo, quedaron como referencia nombres diversos: el arbolito (en el centro de una intersección), la ceibita (ahora es un árbol de ceiba grande), el gato Abraham (un estanco), el infierno al este (una cuadra del Instituto Ramírez Goyena), el Nilito (una cantina), el gancho de caminos (casi en la periferia de la ciudad, en 1972), el puente León (acá en Managua). Actualmente sigue funcionando esta norma, es una manera singular para la ubicación de una dirección. El primer trazó de la ciudad fue durante la década de los años de 1810, pero la manera de brindar una dirección ha logrado sobrevivir durante los últimos doscientos años.
Por ejemplo, el lugar conocido como Gancho caminos, realmente era el gancho o confluencia de dos caminos (rurales). De este punto dos cuadras hacia el norte y media hacia el este, hasta allí llegaban productores/as del sur de Managua con sus productos en las carretas tiradas por una yunta de bueyes. Este punto era como una de las referencias entre la provincia y la ciudad. Sigue siendo un punto de referencia para brindar una dirección. El estudio apropiado de lo que ocurrió posteriormente es probable que ofrezca pistas acerca de los llamados puntos críticos de la ciudad de Managua actual ante la llegada del invierno y su desarrollo. Entonces, se utilizaba el concepto norte, o lago.
Managua_1931La ciudad de Managua poco a poco se asentó en el área sur de la costa del Lago Xolotlán o de Managua. Todavía –enero de 2019- desde una área alta se puede observar que donde fue el denominado casco histórico de la ciudad hay una cantidad muy importante de árboles (frutales, madera, medicinales, etc), es correcto afirmar que hay cobertura verde. En el frente y patio trasero de una propiedad además de la casa se encuentran fácilmente árboles de: mango, tamarindo, jocote, nancite, etc. La ciudad creció, pero quedo arraigada la costumbre del patio de campo.
Entonces, unas ideas sobre el ya famoso Gancho de Caminos. Hasta allí se podía observar el cauce natural marcado por las corrientes de agua del invierno. Había uno que era conocido como el camino de Santo Domingo, la gente decía popularmente que bajaba desde Las Sierras de Managua (en la parte alta de la sub – cuenca sur de Managua, una parte de la Cuenca número 69), y en dirección hacia el lago de Managua. Durante muchos años para brindar una dirección la población utilizaba el concepto de montaña y se refería al sur. Más que hacer referencia al norte, comúnmente se decía: vamos hacia el norte, o bien, de la estatua de Montoya dos cuadras hacia el lago.
Debemos recordar que a partir de 1973, después del terremoto, la ciudad comienza a crecer en dos grandes direcciones: las personas con menos capacidad de adquisición fueron poblando el área este, hacia arriba. En cambio quienes tenían mayor capacidad económica iniciaron un proceso de población hacia la sub cuenca sur de Managua, como se dice popularmente en dirección y a ambos extremos de la carretera a Masaya, es decir hacia la montaña. El común denominador es que está ausente el criterio de ordenamiento territorial. Uno se pregunta ¿Dónde quedó el Plan Maestro para la reconstrucción de Managua que fue elaborado posterior a diciembre de 1872 con asistencia holandesa?
Otro de estos cauces tenía su origen en la Comarca conocida como Las Jagüitas. En la actualidad (enero de 2019) uno puede seguir la calle asfaltada que pasa por la fábrica de cohetes de La Caimana, haciendo un recorrido en sentido contrario de la corriente del agua de aquellos inviernos. Uno sigue y pasa por el extremo trasero (norte) del antiguo Cine Salinas, fundado por el sr. Arnoldo S. sobre el camino estuvo al aserrío del sr. Felipe R. Luego entre el barrio San Cristóbal y el reparto El Dorado, y entre el barrio María Auxiliadora y la Colonia 10 de Junio, hay como camino ahora con trazos revestidos con asfalto. Ese era el camino que desde Managua nos llevaba hasta la Comarca Las Jagüitas. Poco a poco fue desapareciendo y familias enteras se fueron asentando en ese trayecto. Probablemente algunas personas se harán la pregunta: ¿Por qué esta descripción de la Managua provinciana?
El conocimiento de esta realidad que fue desapareciendo en la medida que la ciudad inició la expansión desordenada   -posterior al terremoto de diciembre de 1972-   es una necesidad para la comprensión de algunos de los episodios dramáticos que vive la ciudad capital, particularmente durante el invierno. Pero esta realidad se ve más agravada por el desorden territorial actual que se desarrolla en la sub – cuenca sur de Managua. Sin lugar a dudas, es uno de los elementos de la línea del proceso de construcción social, y cotidiano, del riesgo de la ciudad. El estudio y análisis de esta realidad coadyuva en la búsqueda de soluciones viables a la vulnerabilidad ante las inundaciones.

lunes, 4 de febrero de 2019

EL güegüense de Nicaragua demostrando su fuerte caracter




El Güegüense

En el siglo XVII, en las calles de una pequeña ciudad colonial nicaragüense gobernada por autoridades españolas y habitada por indígenas y mestizos, comenzó a interpretarse una comedia bailete de gran valor cultural que expresaba un rechazo a la dominación hispana de manera burlesca, ingeniosa y creativa. Con el tiempo la obra pasó a ser un símbolo de identidad para el pueblo de Nicaragua por su carácter de protesta, y tres siglos después de su origen llegó a ser declarada “Patrimonio Vivo, Oral e Intangible de la Humanidad” por la UNESCO.
Esa histórica obra de autor anónimo es “El Güegüense o Macho Ratón”, primera pieza literaria nicaragüense, perteneciente al teatro náhuatl. Conozca a continuación detalles sobre la historia y contenido de esta comedia maestra.

La Historia

El Güegüense nace en la ciudad de Diriamba, en el actual departamento de Carazo. Existen varias teorías sobre la fecha de su surgimiento, pero sí se sabe con certeza que su lengua primigenia de representación era el náhuatl local. La obra se presentaba como teatro callejero, en las narices de las autoridades coloniales españolas civiles y militares.
El pueblo de la zona había demostrado su fuerte carácter con un directo rechazo y rebeldía contra el dominio español desde la llegada de los primeros conquistadores. En 1522, aproximadamente, el capitán de conquista Fernández Dávila se topó en la región con la tribu local encabezada por el cacique Diriangén. Los indígenas recibieron cortésmente a los extranjeros y escucharon sus demandas que incluían el sometimiento a la autoridad de la colonia española y la conversión al cristianismo; pidieron un breve tiempo para considerarlas y al volver arremetieron con furia contra el invasor.
Ese episodio de la historia es hoy considerado como la primera guerra anti-intervensionista nacional. Los españoles se impusieron gracias a su tecnología militar, y el pueblo de Diriangén se vio diezmado y sometido ante el invasor. Sus descendientes, un siglo después, fueron los posibles creadores y primeros espectadores de una obra cuyo contenido expresaba una resistencia pacífica ante la autoridad extranjera.
El Güegüense continuó presentándose en las calles y era transmitido de forma oral de una generación a la otra. No fue sino hasta 1942 que sus parlamentos fueron recopilados e impresos por primera vez en un libro, y ocho años después su música es grabada, también por vez primera.
En tiempos modernos los bailes de El Güegüense y su presentación completa pasó a formar parte de la expresión cultural durante las fiestas en honor al santo patrono de Diriamba, San Sebastián, en la tercera semana de Enero. Aunque hoy en día sus bailes forman también parte del repertorio de diversos Ballets Folclóricos profesionales y la obra completa es eventualmente interpretada de forma profesional o aficionada en teatros y colegios por todo el país, es durante estas fiestas diriambinas que se puede observar a El Güegüense y sus bailes interpretados por sus herederos naturales: los habitantes de la comunidad de Diriamba.
El 25 de Noviembre del año 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) otorgó un reconocimiento mundial a “El Güegüense o Macho Ratón”, al declararlo Patrimonio de la Humanidad.